Guerra e Politica
El verano de 1944 es el Momento de las Decisiones. La Segunda Guerra Mundial se está acabando con la derrota de Alemania. Ahora la política vuelve a estar en primer lugar. Los generales tienen que obedecer a sus gobiernos. Mientras von Stauffernberg atenta contra Hitler con la esperanza de salvar todo lo posible, la «extraña alianza» anglo-ruso-americana muestra sus primeras grietas.
El plan del ruso Stalin es sovietizar Europa (Kruscev) y apunta a la destrucción de Alemania y al dominio del Mediterráneo, piedra angular de tres continentes; el inglés Winston Churchill, fiel a la política tradicional británica del equilibrio de las fuerzas en Europa y del control del Mediterráneo porque quien controla el Mediterráneo controla el Mundo Occidental, apunta a los Balcanes como barrera contra la Marea Roja que se extiende desde Oriente; y el americano Franklin D. Roosevelt, que aspira a la destrucción de los colonialismo (incluido el británico), está a favor de Stalin (Teherán) y además, estando gravemente enfermo, depende cada vez más de sus consejeros filosoviéticos; el político Harry Hopkins y el militar general George C. Marshall.
Ofensiva de la Línea Gótica ¿primera guerra caliente de la incipiente «Guerra Fría»?
En aquel fatídico verano llegó el momento de la verdad. Precisamente es en Italia donde se decidirá la suerte de los Balcanes y de Europa. Increíblemente los americanos interrumpen la persecución de los alemanes en retirada después de la batalla de Roma.y desvían la mayor parte de sus tropas a la Francia meridional, mientras que Churchill, informado de que la situación yugoslava entre el amigo serbio Mihajlovic y el comunista croata Tito aún es incierta, decide intervenir con las tropas de su general Alexander dando «un golpe estratégico decisivo con tropas íntegramente británicas bajo un mando británico… Yo espero abrirme paso en la Línea Gótica , irrumpir en la valle del Po y luego avanzar hacia Trieste y Viene a través del paso de Liubliana…»
El objetivo político de Churchill se funde con el objetivo ideológico de la Iglesia en la defensa de la civilización cristiana contra el comunismo soviético, ateo y materialista. El Primer Ministro tiene un encuentro con el Papa Pío XII el 23 de agosto, está de acuerdo acerca del peligro del comunismo y decide iniciar el contraataque cristiano con la aprobación del Papa.
Ahora él ya no es un imperialista que lucha por el Reino Unido, si no un cruzado que combate en defensa de la cristiandad. Su batalla marcará una época, como lo hicieron las batallas de Poitiers (732), Belgrado (1456), Viena (1683), Belgrado (1716), que salvaron la cristiandad de la mortal amenaza islámica de árabes y turcos.
¿Cuáles eran en 1944 las «grandes estrategias» de los Tres Grandes después de Teherán?
Roosevelt
Según el historiador inglés Arnold Toynbee, el presidente americano Franklin D. Roosevelt era más amigo de Stalin que de Churchill. En Teherán se había repartido Europa con Stalin y ninguno tenían interés en romper los pactos. efectivamente, el presidente soñaba con un utópico Nuevo Mundo que se realizaría con Stalin. Su muerte, el 12 de abril de 1945, persuadió a Stalin, impactado, a renunciar a las «revoluciones proletarias», ya planificadas en Alemania, Francia e Italia. En su libro «As he saw it» («Así lo veía mi padre»), Elliott Roosevelt, hijo del presidente, describe las grandes estrategias de Roosevelt y de Churchill, con las mismas palabras de su padre en Teherán. «Cuando el Primer Ministro hablaba de nuestra invasión en los Balcanes, estaba perfectamente claro para todos lo que intentaba… que sobretodo él estaba ansioso de dar una puñalada en la Europa Central para poder tener la Armada Roja fuera de Austria, Rumania y, a ser posible, de Hungría. Stalin lo sabía, yo lo sabía, todos lo sabían… Lo único que sé, es esto: si la única manera de salvar vidas americanas y de ganar pronto la guerra es atacar desde el frente occidental y solo de esto sin malgastar medios de desembarque, hombres y materiales en las montañas balcánicas y nuestros jefes están convencidos de eso … que eso sea. No veo ninguna razón para arriesgar la vida de los soldados americanos para proteger los intereses ingleses, verdaderos o imaginarios, en el continente europeo».
Stalin
La Gran Estrategia de Stalin está expuesta por Krusev en su «The Glasnost Tape». «Esto lo esperábamos. Como Rusia, recién salida de la Guerra Mundial , hizo la Revolución y estableció el poder soviético, nosotros, después de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial , esperábamos que Europa pasara a ser soviética».
Churchill
La Gran Estrategia de Sir Winston Churchill está escrita en la revista LIFE International en la presentación de la historia de la Segunda Guerra Mundial del Primer Ministro Británico. «La mayor diferencia de opinión ( la Important Divergence ) entre Gran Bretaña y Estados Unidos se hizo evidente en la propuesta de desembarcar una fuerza en la Francia Meridional para unirse con las fuerzas desembarcadas en Normadía dirección Alemania (desembarco Anvil-Dragoon). Churchill se opuso sosteniendo que el desembarco sacaría fuerzas de Italia que podrían haber ido ir al norte y después hacia los Balcanes. Roosevelt insistió en el plan original, el desembarco en Francia se hizo, las fuerzas que se quedaron en Italia, debilitadas, fueron bloqueadas y la armada rusa se extendió por la Europa Oriental «.
Pío XII
La Gran Estrategia de la Cristiandad fue expresada por el Papa Pío XII en su discurso radiofónico del 1 de septiembre, cuando se rompió la Linea Gótica en el río Foglia. «El cuadrante de la historia señala un momento crítico y decisivo para toda la humanidad… de la cual depende la suerte de la civilización cristiana en Europa y en el mundo.»
Ésta es la génesis de la ofensiva de la Línea Gótica , una gran maniobra de movimiento de pinza llamada » La Ofensiva Estival » de Alexander, la cual en la primera fase, aquella decisiva desde el 25 de agosto hasta el 30 de septiembre, es conocida como «Batalla de Rimini». La importante divergencia entre Churchill y Roosevelt, el rechazo americano al sobrepasar la Línea Gótica , el valor y la táctica de los soldados alemanes harán fallar la ofensiva.
«Nuestras fuerzas debilitadas en Italia fueron frenadas y el ejército ruso se propagó en la Europa Oriental».
(Churchill)
Pero Churchill no abandona sus planes de equilibrio de fuerzas en Europa. Francia e Italia son demasiado débiles para parar el ejército soviético. Solo Alemania puede hacerlo. En la Segunda Conferencia de Québec, Roosevelt le obliga a firmar el pacto Morgenthau, trazado por el agente soviético H. D. White, que intenta reducir Alemania a un estado pastoral capaz de nutrir solo a 30 de los 80 millones de alemanes, condenando a los otros 50 por inanición. En octubre va a Moscú con la tentativa de llegar a un acuerdo con Stalin sobre un compromiso balcánico. Pero todo es en vano porque el jefe soviético, seguro de una victoria total sobre los aliados, tan ingenuos de ayudar a sus enemigos, Tito en Yugoslavia y Mao Tze-Tung en China, se ríe del aristocrático británico y finge dar crédito a su «teatrero» plan balcánico.
Entonces Churchill, en contra de la voluntad americana, decide actuar directamente con un temerario desembarco en Grecia ya casi toda en manos de los partisanos. Más tarde escribirá: «La ofensiva de Alexander falló… Italia no será completamente libre durante ocho meses más, la estocada hacia Viena no fue posible y -excepto en Grecia- nuestra posibilidad de influenciar en la liberación de los Balcanes se nos escapó».En realidad, la ofensiva de Alexander no fue fallida por completo. La ofensiva de la Línea Gótica , si bien no alcanzó completamente a los italo-yugoslavos, con la ampliación hacia Grecia permitió al mundo occidental mantener el control del Mediterráneo en la incipiente «Guerra Fría» de la posguerra.
Comentario. La necesidad de replantear la historia.
Militarmente, esta fase italiana de la ofensiva desvela el desconcertante comportamiento de los americanos, que dos veces, al final de septiembre en Monte Battaglia y a finales de octubre a las afueras de Bolonia, renunciando a realizar el movimiento de pinza con la cual Alexander había sorprendido a las mejores tropas alemanas en Italia, regalaron la victoria al enemigo. El mariscal Albert Kesselring, desconociendo la “important divergence” entre Roosevelt y Churchill, hablará de un milagro.
Esta situación denuncia responsabilidades muy graves que explican el ostracismo mediático de los americanos hasta borrar la misma Línea Gótica.
El Autor, partiendo de la «Gothic Line» del amigo Douglas Orgill, e investigando y estudiando detalladamente en los archivos militares, ha tenido que reconstruir el desarrollo de los hechos entrevistando a centenares de veteranos de cada orden y grado de todas las naciones en lucha en la Gótica, insistiendo obviamente en los alemanes, entre los cuales Brün Meyer del Bundes Militararchiv de Freiburg y el coronel Gerhard Muhn, condecorado en varias ocasiones, máximo experto de la táctica alemana, la Auftragstaktik (táctica del encargo).
A partir de aquí ha nacido la nueva historia de Montemaggi, la única historia verdadera de la Línea Gótica en sus aspectos ideológicos, militares y políticos, sintetizados en los tres volúmenes «Linea Gotica 1944» (2002), militar-político, «Linea Gotica 1944. Scontro di civiltà» (2006), ideológico-político, y «Clausewitz sulla Linea Gotica» (2008), militar.